El autor con los Mallos de Riglos al fondo Fuente: propia |
Una vez liberado de múltiples obligaciones voy a intentar "darle caña" al blog que se amontonan las ideas. Hace una semana estuve haciendo una excursión organizada por Os Andarines d'Aragón por el prepirineo oscense. Aproximadamente cuando empecé a escribir el blog comencé a salir a hacer excursiones que no llevan más de un día lo que me sirve para varias cosas. La primera pasar un día agradable en el campo con buena compañía. La segunda intentar ir consiguiendo algo de mejor forma física, la tercera conocer esos "paraísos cercanos" que por proximidad siempre dejamos para más adelante, y la cuarta, y no menos importante, aprender a "excursionar". Más de un lugar de los que llevo intención de ver en la Vuelta al Mundo será después de una caminata más o menos larga, con más o menos equipo, con más o menos organización, como el Parque de Bialowieza en la primera etapa por Polonia, por ejemplo. Primero os cuento la excursión y luego las conclusiones prácticas que saqué.
La llaman la ruta de los castillos. Había dos recorridos y me apunté como un valiente ¡al más corto! Hay que empezar poco a poco. La organización nos llevó de Bolea (Boleya) al Castillo de Loarre y de ahí partimos. Se pasa por las ruinas del Castillo de Marcuello, Linás de Marcuello y terminamos en Ayerbe. En total 21 kilómetros por pistas y sendas en diferentes estados. Como ya preveía la información meteorológica el día no acompañó. Llovió casi sin parar, en algún momento nevó. En pleno mayo estuvimos a 4º o puede que menos pero mereció la pena. El paisaje espectacular como podéis ver en las fotos.
Fantasmagórico Castillo de Loarre Fuente: propia |
Como con novato en este tipo de excursiones de cierta exigencia no tengo equipo y voy haciéndolo poco a poco. Necesito una mochila, la que tengo es poco más que una bolsa de plástico que vale para poco. Para la lluvia y abrigo usé el chambergo que veis en la foto de inicio, de origen militar y que cumplió su función perfectamente. Tengo unos bastones pero solo uso uno, de gran ayuda. Los guantes... ni frío ni calor, me los dejé en casa y llevé las manos heladas casi todo día. Y el calzado.... ahí vino el problema. Hasta ahora he usado unas zapatillas de treeking que me han valido perfectamente. Las uso en las vacaciones verano en ciudad y son comodísimas y no dan calor. En las excursiones que he hecho hasta ahora por el campo también han ido bien porque era terreno muy llano. Tampoco me dieron problemas de temperatura ni humedad. Pies secos y calientes pero.... al bajar desde la ermita de San Martín, al lado del Castillo de Marcuello, hasta Linás me destrocé los pies. Aún me duelen las uñas y por suerte no se me han puesto negras. Los últimos kilómetros fueron un suplicio. Así que pongo en la lista de compras la mochila y un calzado en condiciones.
Para finalizar solo me queda felicitar a la organización que fue perfecta y os invito a visitar los enlaces del artículo.
Hasta la próxima.
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