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miércoles, 19 de marzo de 2014

Aniñón y Sierra de la Virgen.

Las excursiones por los alrededores de nuestro lugar de residencia pueden ser muy gratificantes.  En  la última aprovechamos para hacer la primera excursión senderista de la temporada.  Una sencilla para ir entrando en materia.   Y nos deparó algunas sorpresas interesantes.

A la izquierda podemos ver la situación de Aniñón, en la Comunidad Autónoma de Aragón, cerca de su capital, Zaragoza.  En el mapa de abajo se puede ver la ruta por carretera desde Zaragoza a Aniñón.


La llegada al pueblo impresiona.  La imagen de la gran iglesia fortaleza con el pueblo a sus pies da impresión de desproporción.  Fue territorio de frontera en las luchas entre Castilla y Aragón y Aniñón fue plaza estratégica.

Aniñón y  la iglesia de la Virgen del Castillo                                                                                                Foto: E. Ara

La ruta planeada podía partir del casco urbano pero dado que hacía tiempo que no andábamos decidimos acortarla partiendo de la Ermita del Niño Jesús que se encuentra a unos 4 km. del pueblo.  Esto nos dejaba una ruta circular de unos 12 km. de longitud y unos 455 metros de desnivel positivo.  Abajo el plano de la ruta.  Tenéis la descripción completa en este enlace.  

Cuando no se sabe por donde empezar lo mejor es preguntar y no pudimos hacerlo a persona más idónea. Casualmente preguntamos a José Luis Gil, que también quería acercarse a la ermita.  Es pintor y está colaborando en la restauración del edificio.  Por el camino nos contó cosas interesantes.  La ermita es propiedad de una Cofradía y un equipo de voluntarios la está restaurando.

Interior de la ermita
Algunos voluntarios explican las obras realizadas.                                                                                         Foto: E. Ara
Cuatro km. de caminos con solo una señal después, (1) llegamos a la ermita (2).  Los voluntarios estaban almorzando y se escuchaban sus cantares. Nos recibieron con los brazos abiertos y si nos dejamos agasajar como pretendían nos hubieramos quedado con ellos. Nos enseñaron la ermita y nos explicaron los detalles de los trabajos realizados.  Un gran ejemplo de colaboración, coordinación y buen hacer. Aquí dejo uno de los videos que José Luis tiene colgados en youtube sobre la romería que hacen en el mes de mayo:



Con una mañana primaveral salimos, siguiendo el PR, hacia el embalse del Niño Jesús.  Apenas se le puede llamar senda a algunos puntos del recorrido.  Tan solo vimos a unos ciclistas y otra pareja de andarines en dirección contraria a la nuestra.

marcas senderistasDespués de una pausa para beber darnos crema solar continuamos.  El PR cruza el embalse por encima de la presa, se interna en un espeso pinar hasta que se llega a un cruce señalizado.  Ahí se toma el sendero local Z-1 a la izquierda (rayas verdes y blancas).  El sendero casi desaparece y hay que estar atentos a las marcas.  En algunos lugares del barranco del Fresno las zarzas hacen desaparecer la senda señalizada y hay que tomar alguna ruta alternativa por el pinar pero con cuidado para no perder las señales.  Hay que cruzar el arroyo varias veces, creo que 4.  Afortunadamente nuestro "servicio de documentación" tenía perfectamente descrita la ruta. Se abandona el pinar subiendo una colina entre rocas y hierba y en lo alto encontramos otro poste indicador que nos señala las ruinas de "El Santo".   Solo resta acabar de subir la colina para terminar la primera parte del recorrido.

Ruinas del Monasterio de "El Santo"                                                                                                                    Foto: E. Ara
Hoy encierran ganado pero tuvo que ser un monasterio importante dadas las dimensiones de las ruinas.  El altímetro indicaba unos 1100 metros y la brisa era fresca.  Nos tumbamos al abrigo del viento para comer y descansar un rato.

Al sol de Aniñón                                                                                                                                             Foto: Betina Balboa

La vuelta es más sencilla, al otro lado de las ruinas y unos campos se ve un camino.  Se toma en dirección izquierda y se cierra la ruta hasta la ermita entre campos de frutales.  Los almendros estaban en flor y nos aseguraron que cuando florecen los cerezos el paisaje es impresionante.  No hay que saltarse el poste indicador del cruce (1 en el mapa) para girar a la izquierda y llegar a la ermita.

Los almendros en plena floración.                                                                                                                       Foto: Elena Blanco 

En la ermita seguían los voluntarios.  Se oía una bandurria en el interior.  Nos despedimos, bebimos agua de la fuente, fresca y deliciosa y volvimos a Aniñón.  Queríamos ver la Iglesia de la Virgen del Castillo y había que localizar a la persona que tiene la llave.  Un teléfono que nos dio uno de los voluntarios no respondía. Pero a cualquier persona que le preguntamos se deshizo en atenciones y nos ayudaron a localizar a Pacita que dejó todo lo que tenía entre manos para abrir la iglesia hacer de guia para nuestro reducido grupo.

Fachada mudejar de la iglesia de la Virgen del Castillo (Aniñón)
Impresionante fachada mudejar de la Iglesia de la Virgen del Castillo                                                                  Foto: E. Ara

Está restaurada hace pocos años y el resultado es espectacular.  Se trata de una iglesia-fortaleza de grandes proporciones y en la que aún pueden verse algunas almenas.   Data del S XIV aunque tiene ampliaciones del XVI. En el interior destaca el retablo que en su día fue exploliado y luego recuperado.  Dicen que pudo ser Erik "el belga".  Impresionante también la capilla barroca situada frente a la entrada.  Solo queda por restaurar el órgano que, aunque no suena, no parece en muy mal estado.

Una magnífica jornada, con un gran día pre-primaveral, bonito paisaje y espectaculares monumentos.  Pero lo mejor, sin duda, las gentes de Aniñón.

Hasta la próxima.


domingo, 9 de marzo de 2014

Oslo, primer día.

El día 7 del viaje (12 de julio de 2013) lo dedicamos a Oslo.  Nada más salir de la zona del area de Sjolyst-Marina hay paradas de autobús.  Tomamos la línea 32 y bajamos en  "National Teatrer", en pleno centro. Los billetes nos costaron 125 NOK para 3 personas, unos 15 euros.

En primer lugar nos dirigimos a la National Gallery (210 NOK, adultos 130, estudiantes 80 y menores gratis.  26 €).  La guía que llevaba recién comprada, la de Lonely Planet dice que la entrada es gratuíta.  No es muy grande, tiene dos alas.  Una dedicada integramente a Munch, con una de las versiones de "El Grito" que pudimos contemplar sin aglomeraciones.  La otra a otros artistas incluidos Gauguin, Picasso, El Greco, Manet, Renoir, etc.  No se pueden hacer fotos...

Fuimos hacia la Catedral pero estaba cerrada.  Esta una zona muy animada y comercial.  Es habitual ver puestos de venta de fruta callejeros.  Compramos unas cerezas de producción local realmente extraordinarias.  Eso sí, como todo, muy caras. Creo que no llegaba al medio kilo 40 NOK (4,86 €).

Hacía calor y nos dirigimos al edificio estrella de Oslo en la actualidad, la Ópera.  Todo el frente marítimo se encuentra en remodelación, pretenden transformarlo en un centro cultural de referencia mundial.  El edificio de la Ópera es la pieza central.  Se puede entrar y deambular libremente por el vestíbulo y zonas comunes interiores.

Exterior de la Ópera de Oslo
Ópera de Oslo                                                                                                                                                   Foto: E. Ara













Desde la "cima" de la Ópera de Oslo                                               Foto: E. Ara


Como se puede ver en las fotografías el tejado es transitable y muchos lugareños acuden para sentarse al sol.  En invierno se cubre de nieve y hielo y semeja un iceberg o un glaciar flotante en la bahía.  El interior está dominado por grandes ventanas de cristal y por "el muro de las olas", la pared que da acceso a los niveles superiores hecha de tiras de roble.




Interior de la Ópera de Oslo
"Muro de las Olas"                                                                                                                                             Foto: E. Ara














Con la misma entrada de la National Galery se puede visitar el Museo de Arte Contemporáneo en el que podéis ver...  bueno, eso... arte contemporáneo en sus diveras expresiones.  Estábamos prácticamente solos.  Para muestra una foto.

"Arte" contemporáneo en el Museo de Arte Contemporáneo                                                                         Foto: E. Ara


Para que os hagáis una idea de los precios de este país os comento un ejemplo. Hizo mucho calor y agotamos toda el agua que llevábamos.  Una botella de agua de litro y medio, fresca eso sí, que compramos en un 7eleven nos costó...... ¡38 NOK! 4,62 € al cambio.

Nos acercamos al Castillo y la Fortaleza de Akershus que visitamos en sus exteriores.  Cierran a las 17:00 y llegabamos sobre esa hora.  Sigue siendo un recinto militar en activo y están situados dominando el puerto.

Apuntando al puerto.                                                                                                                                       Foto: E. Ara







El niño malhumorado loondinense
Sinataggen                                       Foto: E. Ara





Para rematar la tarde, con todos los museos y recintos visitables cerrados fuimos a ver el parque de Vigeland que realmente se llama parque Frogner (Frognerparken). Por el camino vimos una furgo con matrícula española y saludamos.  Una simpática pareja de maestros jubilados habituales de estas tierras que nos dieron abundante información práctica muy interesante.

La zona más interesante comienza en un puente rodeado de esculturas de bronce de Gustav Vigeland.  El paseo termina en un pequeño alto donde se eleva un gran monolito a su vez rodeado de esculturas, esta vez de granito.  En total suman 212 obras.

 En el parque, aparte de turistas, se reune mucha gente para sentarse en el cesped, descansar, beberse alguna cerveza y... hacer barbacoas con esas bandejas de aluminio de un solo uso.  Después de usadas las dejan perfectamente apiladas al lado de las papeleras.




El Gran monolito central de granito                                                                                                                               Foto: E. Ara


Y volvimos andando hasta el área donde nos esperaba nuestra autocaravana para descansar del largo día.

Recorrido aproximado del día                                                                                         Elaboración propia con Google Maps

En el plano de arriba se ve, aproximadamente el recorrido del día.  Desde Drammensveien, 164 hasta Stortingsgata fue el recorrido en la línea 32 del bus, el resto, a pie.  Nos gusta "patear" las ciudades.

Hasta la próxima

domingo, 2 de marzo de 2014

"Un Mundo Aparte"

La obra se divide en cuatro tomos, cuatro partes del mundo.                                                                               Foto: E. Ara


Recuerdo cuando de pequeño veía fotografías que marcaba en los libros de texto o leía sobre países, comarcas y pueblos que me hacían soñar con visitar algún día.  Así fueron quedando subrayados en el debe viajero lugares como el Mont Sant Michel, cráter del Ngorongoro o nombres tan evocadores como el Territorio libre de Orange, etc…

Más tarde, cuando las ansias viajeras se iban saciando poco a poco, fueron los documentales los que me hicieron seguir soñando.   Recuerdo una serie que emitió TVE, como casi siempre, en el año 91 y que veía además en unas circunstancias difíciles para mi familia:  "La Ruta de la Seda."  Un punto de vista oriental al viaje hacia occidente con la maravillosa música de Kítaro.  Más tarde otra magnífica serie española: "La ruta de Samarkanda."  También un recorrido por tierra, esta vez desde España hacia Oriente.

El último, "Un Mundo Aparte."  El viaje total.  La vuelta al mundo.  Viendo uno de sus últimos capítulos fue cuando me dije que tenía que dejar de soñar y dar ese paso adelante hacia el gran viaje que siempre he soñado.  Ahora acabo de terminar el (los) libros que con el mismo título a escrito Daniel Landa.

En los documentales siempre vemos magníficos planos de bellos y evocadores paisajes.  Un mundo casi ideal que nos oculta o, por lo menos no pone en primer plano, el enorme trabajo y esfuerzo que necesita esa media hora o tres cuartos que dura un capítulo.   Trabajo y esfuerzo que se acentúa cuando quien tiene que apoyarte se dedica a poner zancadillas.

Si hablo aquí del libro es porque lo recomiendo, evidentemente.  Yo no los he “devorado”, leía poco cada día porque no quería que se acabasen, pero… se terminaron y he quedado con ganas de más.  No quiero añadir nada más sobre la obra.  Es puro viaje y aquí dejo el enlace para quien quiera conseguirla pues creo que no se distribuye en librerías: Un Mundo Aparte (enlace)

Tan solo voy a hacer referencia a un pasaje que me llamó especialmente la atención.   Quizás, como yo no he tenido la suerte de estar dos años de viaje, pensé que no entendía bien esa alegría desbordada al entrar en España, al ver el cartel con  la “E” rodeada de estrellas sobre fondo azul.  ¿A dónde volvías Daniel?  En tu último demoledor capítulo describes la esencia del país al que con tanta alegría celebrabais el regreso.   Mediocridad, enchufismo, envidia...  Un país de “listos” que no de inteligentes.  El vivo gana, el que trabaja y se esfuerza pierde.  No puedo evitar recordar un artículo que corre por internet atribuido a Forges: “El triunfo de los mediocres” del que tengo que citar un párrafo: “Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas.  Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.


Vosotros también sois excepción.  ¡Dale..!