Siguiendo el trazado de las rutas
“de trazo grueso” que inicié en su día vamos a continuar hasta los confines del
continente asiático. De las dos opciones
que señalaba en la primera entrada de “Rutas”, una de ellas nos llevaba a Moscú. Se puede decir que ahí se abandona la Europa Occidental,
en la que nos encontramos todavía en casa para adentrarnos en terra ignota.
La idea es llegar al extremo del
continente. Seguramente programaré desvíos
por Kazajstan y Mongolia, pero de momento nos sirve. Además pasa por uno de
esos lugares que marcaré como “Sitios de Interés” y que quiero visitar, el lago
Baikal. Esta ruta emula en cierto modo
la del Ferrocarril Transiberiano. Como
final de etapa también podía haberse puesto Pekín, nos recordaría en cierta
manera el recorrido del Rally Pekín – Paris de 1907. Sobre estas dos Rutas Míticas haré alguna
entrada con datos interesantes otro día.
Esta ruta, tal como está ahora, son unos 9100 kilómetros
siberianos. ¡Qué frío!
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